El otro día recibí un correo, alguien había comprado el libro “Soy tímido pero a Churchill pongo por testigo de que: hablaré en publico” (ahora veo que el título es largo).
Me hizo ilusión, sobre todo por una razón: carezco de campaña de marketing, nadie me ha hecho una entrevista, ni soy una persona conocida.
No voy a decir la cantidad de libros vendidos pero no es un cifra baja, ¡tampoco me voy a hacer millonaria! ni lo pretendía al redactar esta serie de pautas y casos que fui aprendiendo a lo largo de los años.
Por un cambio a la hora de publicar el libro en distintos portales desaparecieron las opiniones que había recibido, buena gente que en su momento en 2012 se hicieron con un ejemplar y al que les doy las gracias de nuevo.
Sólo quería aprovechar para hablaros de la importancia de llevar a cabo un proyecto con ilusión.
Lo sé, el vil metal es importante y que te hagan fotografías y te inviten a mil lugares a contar tus experiencias, pero en ocasiones, el simple hecho de saber que una persona en Reino Unido, en México…, se ha molestado en echar un vistazo a un trabajo propio, sonará a tópico pero a mí me llena, no necesito más.
Gracias a esos lectores anónimos de parte de esta redactora anónima.